Afirma Mario Benedetti, que la realidad es un paisaje escasamente generoso y que el tiempo es la suma de paisajes con  voces o en silencio.

Cuanta razón tiene en un tiempo de silencios en el que solamente la voz de los indignados se hace oir, con sus brazos en el aire o sus silencios estruendosos. Es cuando, de repente- dice José Hierro – se oye el silencio.

Esta recopilación de artículos, abarca, por tanto, el año de las revueltas en países árabes, de las concentraciones del 15 -M (la “spanish revolution”), de la opción de los indignados, de su derecho a no resignarse, de la utopía perdurable y de la alternativa de la palabra. Se incluyen artículos sobre temas económicos, cuando todo el mundo habla de economía y la capitalista es una puesta en cuestión. De cambios en el empresariado, de la exigencia den una mayor competitividad de la urgencia de la innovación y de propuestas en favor de una mayor valoración del capital humano.

Temas culturales, sobre la música aparecen recogidos en otro de los capítulos, con la voz y la palabra de Lluis Miquel Campos, Leonard Cohen, Cesária Évora, Raimon o Al Tall. Y también sociales , observando las concomitancias entre los incas y la familia Borja, los caminos que se entrecruzan en el Líbano o en las posibilidades que brinda un domingo londinense, para admirar la obra, atribuida a Marçal de Sax, sobre la batalla de Jaume I, en el Puig.

Persistente la desigualdad social se reconoce la labor de Bogaletch Gebre en su país, Etiopía, en reconocimiento de los derechos de la mujeres, así como la del Festival de Cine y derechos Humanos organizado por la Fundación por la Justicia. Algo tiene que mejorar, se advierte en el capítulo siguiente, y, se señala que para lograrlo, todo pasa por la ejemplaridad pública.

La preocupación por el propio país- el valenciano debe aquí entenderse- queda puesta de manifiesto, en el capítulo relativo a nuestra continua somnolencia colectiva, y, a la exigencia, por tanto de una mayor conciencia de nuestra identidad.